3 factores clave para medir el estatus de tu organización en un proceso de transformación

La salud de una organización depende, en gran medida, de la situación en la que se encuentren sus trabajadores. El análisis profundo de ella nos permitirá conocer nuestro estatus y orientarnos al cambio.

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Analizar el estatus de una organización es el primer paso para emprender el camino hacia la transformación digital

El funcionamiento correcto de una ORGANIZACIÓN depende de una gran cantidad de factores, tanto externos como internos. En ambos casos resulta fundamental llevar a cabo un estatus que nos permita conocer en qué punto se encuentra nuestra organización y qué distancia nos separa de aquella nueva realidad que queremos alcanzar.

La transformación digital se ha convertido en uno de esos objetivos que cualquier organización desea alcanzar, adaptándose así a un entorno tecnológico que exige metodologías online. El análisis de nuestro estatus nos permitirá encaminarnos hacia esa transformación y lograr la adaptación completa a las nuevas directrices del mercado.

Además, el conocimiento de aspectos clave de nuestra compañía nos permitirá gozar de una organización saludable, entendiendo este concepto en términos de negocio pero también poniendo el foco en todas aquellas personas que conforman nuestra organización.

Alberto Díaz García, socio fundador de MIGRATION, nos cuenta cuáles son tres de los factores a tener en cuenta para medir ese estatus al que nos referimos, siendo este el primer paso para llevar a cabo un verdadero análisis organizacional que nos permita con un proceso de adaptación a la era digital.

La importancia de la salud física y mental

El primer bloque de factores que debemos conocer para comprender cuál es el estatus de nuestra compañía es el well-being de la misma. Este término hace referencia tanto a la salud física como mental de una organización, huyendo así del error que supondría obviar una de las dos. Es tarea de la organización implementar una cultura de well-being que traiga consigo consecuencias positivas para los empleados y, gracias a ellos, para la empresa. 

Para ello se puede recurrir a las técnicas de mindfulness, una herramienta que se encuentra en auge dentro del mundo empresarial. Su objetivo es el de ayudar al empleado a controlar sus emociones y otorgarle un mayor grado de concentración y rendimiento.

Resulta fundamental medir de forma constante esta variable para tener información sobre la misma de forma continuada. Para ello podemos recurrir a lo que se conoce como engagement survey o encuestas de compromiso. Gracias a esta metodología podremos conocer cuál es el estado de satisfacción de los trabajadores y cuáles son los factores que les ayudarían a dar lo máximo de sí mismos a la organización.

La seguridad de nuestros empleados

El segundo factor hace referencia a la seguridad. El término de psycological safety apela directamente a la libertad que experimentan las personas y lo cómodas que se encuentran para expresar sus opiniones dentro de su ambiente laboral. La cultura del miedo a intentar es uno de los peligros que podría instalarse en nuestra compañía, evitando así que los equipos posean una comunicación sana, transparente y eficiente y limitando notablemente la creatividad y la innovación.

Esta seguridad a la que hacemos referencia se ha convertido, especialmente en los últimos tiempos, en un concepto ineludible ya que cada vez trabajamos más en equipo y formamos parte de más proyectos distintos. Es por ello fundamental poner el foco en un factor que puede ayudarnos, no solo a conocer el estatus de nuestra empresa, sino a potenciar nuestra actividad de forma exponencial.

Para medir esta variable podemos recurrir a Amy C. Edmonson, que presentaba en su libro The Fearless Organization (2019) un marco de construcción de organizaciones sin miedo. Según su análisis, son los líderes quienes deben comenzar este proceso de cambio, generando una serie de significados y experiencias compartidas con sus empleados. A continuación, estos líderes deben fomentar la participación y la interacción de todos los miembros del equipo y no olvidarse de reconocer aquellos logros que alcancen sus empleados.

William Kahn puso el foco en todo momento en todas aquellas condiciones que permiten o evitan que las personas alcancen ese estado de seguridad dentro de la organización. Así, en 1990 desarrolló lo que se conoce como “Condiciones psicológicas del compromiso personal y la desconexión en el trabajo”, identificando posteriormente tres variantes ineludibles: significancia, seguridad y disponibilidad.

Por su parte, Timothy R. Clark presente en su libro The 4 stages of psycological safety un enfoque práctico que nos presenta cuatro etapas para medir la implantación de esta filosofía. En la primera de ellas, las personas deben sentirse aceptadas, en la segunda seguras para aprender, en la tercera seguras para distribuir y, en la cuarta, seguras para desafiar el miedo.

Compromiso y cultura corporativa 

Por último, aunque no por ello menos importante, debemos analizar y medir con los indicadores correctos un tercer bloque referente a la cultura corporativa y al compromiso de los empleados. Todos aquellos trabajadores que se encuentren cómodos y motivados en su ambiente de trabajo, reflejarán este bienestar con un mayor compromiso hacia la empresa y, en consecuencia, una mayor productividad. La metodología para medir esta cultura corporativa estaría basada en los principios de Maslow.

Estas personas se convertirán, a su vez, en el propio reflejo de una compañía cuya cultura corporativa pretende mostrar una serie de compromisos y valores por los que se sientan atraídos las personas. La cultura corporativa se erige como un activo intangible que aporta un enorme valor añadido a una compañía y ayuda a diferenciarla de otros competidores de su sector.

La medición constante de estos factores no solo nos ayuda a tener una fotografía sobre el estatus de nuestra organización. También nos permite avanzar sin pausa, adaptarnos al cambio y continuar el camino de la transformación digital que se erige como el presente y el futuro para cualquier tipo de compañía. Todos los detalles resultan importantes para comprender, de forma global, cuál es el rumbo que ha tomado nuestra empresa y si coincide o no con los objetivos que se han planteado con anterioridad. Además, si lo que estáis buscando es un cambio, recordemos que para avanzar, es importante entender el punto desde el que partimos. 

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